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Los “Yo Soy” de San Juan

Rebaño ovejas


¿Se ha preguntado usted alguna vez qué revela cada evangelio sobre la persona de Jesucristo? ¿Cómo nos lo presenta Mateo, Marcos, Lucas y Juan? - Mateo presenta a Jesús como Rey (el hijo de David), Marcos como Siervo, Lucas como Hombre (el Hijo del Hombre) y San Juan nos lo presenta como Dios. Esta mañana estudiaremos brevemente los 7 “Yo Soy” que aparecen en San Juan y que dejan en claro la naturaleza divina de nuestro Señor Jesús. (Si usted presta atención a esto, tendrá un argumento bíblico sólido para responder a cualquier secta que niegue la deidad de Cristo)

“YO SOY”   en el Antiguo Testamento:

El capítulo 3 de Éxodo  nos narra cómo fue el llamamiento de Moisés, Dios se le apareció  en medio de una zarza ardiente que no se consumía (Ex. 3:2) y le asigna una misión: ir y liberar a Israel de la esclavitud de Egipto (Ex. 3:8). Si usted ha leído la historia, recordará que en esa plática  Moisés, aparte de exponer las razones por las cuales él no se consideraba el indicado para la misión  le hace a Dios una pregunta:   ¿qué le diré a Israel cuando me pregunten quien me envía, qué nombre les diré? – Veamos la respuesta de Dios en Éxodo 3:13-14

13Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

¿Cómo responde Dios?- diciendo “Yo Soy el que Soy” (heb. ‘ehyeh asher ehyeh) Existe una variedad de interpretaciones del hebreo para esta frase, una de ellas (según el Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 2, Pag.68) es “Yo seré lo que era”.  Es decir: “Seré siempre en el futuro lo que era en el pasado.” – Es como si Dios dijera “Yo soy el eterno, el que nunca cambia” ¿Sabe de quien se da esta afirmación en el Nuevo Testamento? – de nuestro Señor Jesucristo.

 Hebreos 13:8   8Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.  -¡Indudablemente Jesús es Dios! ¿Usted lo cree?-¡Yo sí!  Esta es la verdad que el apóstol Juan quería dejar en claro para todos nosotros al escribir en su evangelio al menos siete “Yo soy” relacionados al Señor Jesús.

Las palabras “Yo Soy” usadas en el griego son “ego” “eimi”, palabras que les recordarían a los israelitas aquella revelación que tuvo  Dios con  Moisés.  Veamos rápidamente cada uno de los “Yo Soy” de San Juan:

          I.          Yo Soy el Pan de Vida (Juan 6:35)  35Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

El contexto de esta declaración nos lo dan  los versos 25 y 26:

25Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

La gente, después de haber visto y participado en la alimentación de los 5000 (Juan 6:1-14), seguían  a Jesús por puro interés, simplemente le buscaban para que les diera de comer no porque creyeran en él, ni porque estuvieran deseosos de aprender de su palabra (al igual que muchas personas hoy en día, que están más interesados en lo que Dios les puede dar y no en dedicar tiempo  para conocerle). Es aquí donde Jesús hace esta afirmación seguida de una metáfora, les dice “Yo Soy el pan de vida, el que cree en mí no tendrá hambre ni sed jamás”. La idea que se quiere transmitir es que al igual que el pan y el agua pueden saciar las necesidades físicas de alimentación del ser humano, Jesús es el único que puede saciar eternamente  el hambre y la sed espiritual de cualquiera que cree en él. ¿Quién puede decir y hacer esto sino solo Dios? –Jesús es el único que puede suplir la necesidad espiritual (y también física) del ser humano. Si usted siente que a su vida le hace falta algo, si aún no está satisfecho… pruebe a Jesús, él es el Pan de Vida.

         II.          Yo Soy la Luz del Mundo (Juan 8:12)  12Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Jesús es el único que puede quitar la oscuridad del pecado,  1 Juan 1:5 dice “…Dios es Luz y no hay ningunas tinieblas en él” ¿qué revela Jesús al decir que él es la luz del mundo?- Que él es Dios. Solo Cristo puede librarnos de la oscuridad del pecado, él es la fuente Luz eterna.

       III.          Yo Soy la Puerta (Juan 10:7,9)

7Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

9Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

Los pastores construían un redil para proteger a  sus  ovejas de  las fieras salvajez (un redil es una especie de cerco de piedras),  al cual  solo le dejaban una entrada, ninguna oveja podía gozar de la seguridad y la protección si no entraba por la puerta. Para proteger a sus ovejas, el pastor dormía justo en la entrada del redil, todo aquel que deseare  entrar debe “atravesar” al  pastor, quien se convertía  en la puerta.

¿Qué nos enseña esto? -que Jesús es la única puerta por la cual el pecador debe entrar para gozar de la salvación y la seguridad eterna. ¡Jesús es nuestra entrada a cielo!

 

       IV.          Yo Soy el buen pastor (Juan 10:11)  11Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

 

¿Recuerda usted qué dice el Salmo 23:1? –“Jehová es mi pastor, nada me faltará”

David llamó a Jehová su pastor, ahora aquí en San Juan ¿Quién es el buen pastor? –Es Jesucristo.   Si usted tiene a Jesús como su pastor,  si se ha identificado con él, si ha entrado al redil por la puerta de la fe en el sacrificio de Cristo,  entonces y solo entonces  podrá tener el derecho de decir lo que dice el Salmo 23:  “Jesús es mi pastor, NADA me faltará”.

La figura del pastor nos habla del amor y cuidado que Dios tiene por sus hijos. Quizás esta mañana usted se siente desprotegido, con temor, quizás tenga alguna necesidad (económica, emocional o de salud) que no ha podido suplir… haga una pausa y recuerde que  Jesús es su pastor, por lo tanto “Nada le faltará”

 

        V.          Yo Soy la resurrección y la vida  ( Juan 11:25)

25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

El contexto de esta declaración es la muerte de Lázaro, el amigo de Jesús. Habían transcurrido cuatro días, el cuerpo de Lázaro estaba en descomposición y ya no era posible entrar a la tumba a causa del mal olor (Juan 11:39). ¿Era la muerte una dificultad para Jesús? – ¡Claro que no! , el mismo es el autor y sustentador de la vida.

Si usted sigue leyendo la historia se dará cuenta que lo único que Jesús tuvo que hacer para  resucitar a Lázaro fue ordenarle que saliera de la tumba. ¿Por qué podía hacer Jesús esto? –Porque él es Dios (sólo Dios puede dar vida)…  ¿Cuál es la promesa que acompaña a esta verdad? que si creemos en él  (es decir en su sacrificio sustitutorio)  aunque estemos  muertos viviremos. ¿Cree usted eso? – Yo sí.

Hagamos una aplicación: si Jesús puede resolver el problema de la muerte y asegurarnos  una salvación eterna,  ¿puede Jesús ayudarle a resolver ese problema que usted está pasando? – Si dice que sí, entonces ¿Por qué se aflige?

 

      VI.          Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6)

5Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

El camino para llegar al cielo no es ninguna religión, ni ninguna iglesia como muchas personas creen, el único camino al cielo es Jesucristo, él es Dios hecho hombre que por amor a nosotros vino y tomó nuestro lugar en la cruz.

 

     VII.          Yo Soy la Vid Verdadera (Juan 15:1)

1Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Cristo es la Vid verdadera y nosotros somos las ramas. Con esta figura nos enseña la vital  dependencia que debe existir entre nosotros y él. Él es la vid, de quien recibimos todo lo que necesitamos para vivir, es quien nos nutre y nos hace dar fruto.

¿Qué podemos hacer separados de nuestro Dios? –Nada, absolutamente nada. Usted y yo debemos entender que necesitamos a Jesús, que es imposible vivir y dar fruto si no estamos conectados con él (algunos/as pasamos más tiempo conectados al FaceBook, al trabajo o a los negocios   que a nuestro tiempo devocional con Dios)… que no se nos olvide que separados de él nada podemos hacer

Finalizo con esto:

No es casualidad que sean precisamente 7 los “Yo soy” que encontramos en el evangelio de San Juan  (recuerde que  7 es el número perfecto, el número de Dios), en cada una de esas afirmaciones nos queda claro que Jesús es Dios y que sólo él puede darnos la vida eterna, el amor, el cuidado y protección que necesitamos. En Cristo estamos completos. 

 

 

 

 


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