¿Le ha tocado a usted alguna vez dar cuentas de
algo que le encargaron? - Todos nosotros
rendimos cuentas de aquellas cosas valiosas que no son nuestras y que
pertenecen a alguien más. En ocasiones tengo que solicitar dinero de los fondos de la iglesia para
comprar algunas cosas que se necesitan en la Escuela Bíblica y trato de hacer
buen uso de él porque sé que ese dinero
no me pertenece y que tendré de dar cuentas de él a Dios en primer lugar y luego al tesorero de la iglesia (¡que no
perdona ninguna!).
En esta ocasión meditaremos en una parábola que Jesús contó, la cual trata de la rendición de cuentas, es la
parábola de las minas.
Lucas 19:11-27
Ubiquémonos en el contexto, Jesús acababa de
pasar por Jericó y encontrarse con
Zaqueo el publicano (Lc. 19: 1, 5). Después de este encuentro el Señor
prosiguió su viaje rumbo a Jerusalén y es
el transcurso de su viaje donde tiene lugar el pasaje en que hoy meditaremos.
11Oyendo ellos estas cosas,
prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y
ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
La parábola surge como respuesta al
pensamiento de la gente que seguía a Jesús, quienes deseaban que el Reino de Dios se manifestara inmediatamente sobre la tierra y de esa manera
librarse del dominio de sus opresores (El imperio Romano).
El tema del Reino tanto en tiempos de Jesús
como hoy en día ha sido malinterpretado
por muchos, por eso nosotros también
debemos plantearnos una pregunta: ¿Ha comenzado Dios a establecer su Reino literal sobre la
tierra?
–La gente que seguía a Jesús esperaba que eso sucediese
inmediatamente, aún sus mismos discípulos (recuerde la pregunta que le hicieron
en Hechos 1: ¿Señor restauraras el reino a Israel en este tiempo?), por esa razón Jesús va a utilizar esta parábola para dejar
en claro que no es así, el Reino ha sido
pospuesto (ha quedado en pausa) y se establecerá hasta que él venga por
segunda vez físicamente a la tierra. Quizás usted ha escuchado a muchos decir que Dios
está estableciendo ya su Reino literalmente en la tierra, algunas iglesias hasta usan el slogan
“Gobierno de Dios en la tierra”, existen libros y cantos que hablan de establecer
el Reino de Dios aquí y ahora, pero ¿qué dijo Jesús? –Él nos aclara que esto no sucederá sino hasta que
él venga por segunda vez, ya no como
siervo; sino como Rey y Juez sobre toda
la tierra. Usted y yo debemos entender
que el reino de Dios aún no se ha establecido físicamente sobre la tierra, pero
que en un sentido espiritual, podríamos decir que sí ha comenzado ya en los corazones de aquellos/as que hemos
puesto toda nuestra confianza en Jesús como nuestro único y suficiente Salvador.
12Dijo, pues: Un hombre noble
se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.
Surge una pregunta ¿Quién es ese hombre noble que se ha ido lejos a recibir un reino y que promete volver? – Algunos
comentaristas dicen que esta parábola
hace referencia a Arquelao quien sería el sucesor de Herodes el grande y que
fue rechazado por el pueblo, pero Jesús
no estaba hablando de él, sino de sí mismo, ¿Quién es el que ha ascendido al
cielo y ha prometido regresar (por eso celebramos la Santa Cena, como
recordatorio de su regreso)? –Nuestro Señor Jesús ¿cree usted esto? ¿Espera usted
su venida?
Veamos algunos pasajes:
Mat. 24:30 30Entonces
aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes
del cielo, con poder y gran gloria.
Hch 1:10-11 10Y
estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he
aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los
cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como
le habéis visto ir al cielo.
La
segunda venida de Cristo está compuesta por
dos fases: La primera es en las nubes, durante el arrebatamiento de la
iglesia, donde recibiremos al Señor en el aire (1 Tes. 4:17 ¡este es el evento
que todo creyente debe esperar!), la segunda fase es cuando él ponga el pie en
tierra (Ap. 19:11 “…un caballo blanco y el que lo montaba se llamaba Fiel y
verdadero…”, esto sucederá después de la tribulación, cuando comienza el
milenio y Cristo establezca su reino mesiánico prometido a Israel aquí en
la tierra.
¿Qué
les encarga el Señor a sus siervos antes de irse?
13Y llamando a diez siervos
suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo
Llamó
a sus 10 siervos y les dio cierta cantidad de dinero a cada uno (una mina, que según
la Biblia Dios Habla Hoy era una moneda que equivalía aproximadamente a 100
denarios, o sea al salario de cien días de trabajo). Podemos notar algunas cosas: 1) estos hombres
son siervos (esclavos), 2) el dinero no es de ellos, sino de su Señor, 3) El Señor les da un mandato, les dice: “esto
que les he dado es para que lo hagan producir mientras tanto que yo
regreso y les pedo cuentas”.
¿Podemos aplicar ésta parábola a nosotros?-¡Por supuesto que sí! , Dios no nos ha dado a nosotros una “mina” (a no ser que su esposa se llame
Guillermina), pero si nos dio una serie
de cosas valiosas para que las administremos y
las pongamos a producir para su Reino, cosas valiosas de las cuales
daremos cuentas cuando el regrese.
¿Qué cosas nos ha
dado Dios para que lo pongamos a producir en su reino? En primer lugar nos ha dado un
mensaje, su evangelio (que es un mandato hacerlo producir, Mat. 28:19-20),
Segundo nos dio dones Espirituales -Levante la mano quien está seguro/a que tiene al menos un don espiritual – si usted
no tiene un don, entonces debe poner su confianza en Jesús y nacer de nuevo,
porque la Biblia afirma que todos los
creyentes hemos recibido por lo menos un don, y esto ocurrió en el momento de
nuestra conversión
1 Cor. 12:11 11Pero todas estas cosas las hace uno y el
mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere
-¡Dios el Espíritu Santo le ha dado a usted
un don, quizás no el que usted desea, pero sí el que a él le plació regalarle
. ¿Cuál es el mandato de Jesús para el
don/dones que nos ha dado? -¡Qué lo usemos, que lo pongamos a
producir para beneficio de su Reino! –Veremos esto más adelante
En tercer lugar le ha dado: Habilidades o
talentos, por ejemplo: reparar cosas, cocinar, dibujar, pintar, diseñar, tocar
un instrumento o cantar (aprovecho para aclarar que estos dos últimos siguen siendo habilidades naturales que Dios
da, así que no es válido decir “mi don espiritual es el canto o la música y utilizar
eso como excusa para no hacer nada más
en la iglesia”).
¿Qué otras cosas nos ha dado Dios para que las
pongamos a producir mientras él regresa? –Los recursos o bienes materias, el tiempo, aún
nuestra propia vida… el mandato de Dios es que usted y yo hagamos buen uso de
lo que hemos recibido y lo pongamos a producir para su gloria.
14Pero sus conciudadanos le
aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste
reine sobre nosotros.
Este verso narra la actitud de Israel hacia
el Mesías. Porque… dice la Escritura “a lo suyo vino y los suyos no le
recibieron, Juan 1:11”. Por esta razón
es que el reino fue pospuesto (fue dejado en pausa), Israel rechazó a Cristo y
él entonces se vuelve a nosotros los
gentiles, todo estaba contemplado bajo
soberano plan de Dios.
El Señor
viene a pedir cuentas a sus siervos
15Aconteció que vuelto él,
después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los
cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
¿Sabía usted que esta misma escena se
repetirá con cada uno de nosotros los
creyentes cuando Cristo venga? –El Señor nos pedirá cuentas de todo lo que hicimos y no hicimos con cada una de las cosas que él nos dio (sean
dones, habilidades, recursos, tiempo, etc),
a esto la Biblia le llama “El tribunal de Cristo”, es el juicio de
Cristo sobre las obras del creyente no para determinar su salvación (esta es
segura), sino los premios o coronas que
recibiremos. Este evento tendrá lugar en
el cielo después del arrebatamiento, mientras aquí en la tierra se desarrolla la
tribulación. Para los que no creyeron en Cristo les espera la condenación
eterna y el “juicio del Gran Trono Blanco”, donde Dios juzgará las obras de los
inconversos.
2 Cor. 5:10 10Porque
es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo.
1 Cor. 3: 12-15 12Y
si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas,
madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y
la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si
la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego.
Las dos
alternativas del Creyente:
a) Obedecer a su Señor y poner a producir lo
que ha recibido
16Vino el primero, diciendo:
Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17Él le dijo: Está bien,
buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades. 18Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha
producido cinco minas. 19Y también a éste dijo: Tú también sé sobre
cinco ciudades
Observemos algunos detalles: ¿De quién eran
las minas y las ganancias? –eran del Señor, ambos siervos estaban conscientes
de eso, así que no había lugar para la vanagloria. Cuando nos veamos tentados a
sentirnos orgullosos de lo que hemos logrado por medio de nuestros dones espirituales, habilidades y
recursos, debemos imitar a estos siervos y reconocer que si algo hemos hecho
bien, si algo hemos logrado, si hay algo bueno en nosotros, es sólo la gracia
de Dios y es él quien se merece toda la gloria…
¿Es usted efectivo en su ministerio? ¿De quién es la gloria? ¿Es usted bueno en
los negocios? ¿De quién es la gloria? ¿Obtiene buenas notas en sus estudios? ¿de
quién es la gloria? ¿Es buena para cocinar? ¿De quién es la gloria? –Del Señor,
porque él es quien nos ha dado todo (los dones, talentos, recursos y
capacidades). ¿Sabía usted que Las coronas que obtenga por su servicio y
fidelidad a Dios no van a servir para presumir allá en el cielo, sino para
ponerlas a los pies de Cristo, serán para su gloria. ¡Amén!
¿Qué premió de estos dos siervos el Señor? – La fidelidad y obediencia de ellos.
De igual forma Dios premiará estas dos virtudes en sus hijos allá en el cielo.
b) Desobedecer a su Señor y desaprovechar las
oportunidades
20Vino otro, diciendo: Señor,
aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; 21porque
tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y
siegas lo que no sembraste.
¿Qué hizo este siervo con lo que recibió?- Lo
guardó, nunca lo puso funcionar, lo escondió en un pañuelo. Lo único que este siervo pudo presentarle a
su Señor fueron excusas y más excusas, lo mismo que harán muchos creyentes
delante de Cristo cuando él venga y les pida cuentas, el Señor les
preguntará ¿por qué nunca te
decidiste a servirme de veras, por qué no usaste tus dones y todo lo que te di
para Servirme? –Entonces comenzaran a
echarle la culpa al pastor, a la iglesia donde se congregaban, dirán que nunca
les dieron la oportunidad, que no los tomaban en cuenta, que nunca les
confiaron algo importante para hacer…
Y el Señor les dirá ¿Y cómo querías que te
confiaran cosas grandes si nunca fuiste fiel en lo poco? ¿Cómo pretendías que
te pusieran a predicar o enseñar si ni siquiera eras fiel en congregarte? ¿Cómo
podía yo otorgarte mayor privilegio sino mostrabas responsabilidad en las cosas
pequeñas? -Delante de Cristo no servirán
las excusas.
¿Qué recibió este
siervo?
22Entonces él le dijo: Mal
siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo,
que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23¿por qué,
pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera
recibido con los intereses?
El Señor no estaba aceptando las palabras del
siervo como ciertas, sino que las usa para demostrarle que no tiene excusa para
no haber puesto a producir lo que él le había dado. Poner el dinero en el banco
podríamos entenderlo que si
usted no está produciendo para el Reino de Dios puede facilitar sus recursos a
aquellos que si lo hacen, como por ejemplo los misioneros (ellos son los
banqueros que pueden hacer producir lo que usted les dé).
¿Qué pasa con el
creyente que no aprovechas las oportunidades que Dios le ofrece?
24Y
dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las
diez minas. 25Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26Pues
yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que
tiene se le quitará.
Pareciera injusto que la mina se la den al
que tiene más, pero al parecer existe un principio que aplica tanto a la vida
física como espiritual: si alguien no
aprovecha las oportunidades que Dios le brinda pronto estas le serán quitadas y
dadas a aquel que sí esté dispuesto a aprovecharlas. Si usted y yo no aprovechamos
las oportunidades que Dios nos presenta para servirle, éstas se irán reduciendo y serán ofrecidas a aquellos que sí estén dispuestos a aceptarlas.
Aquellos que sirvan y amen apasionadamente al
Señor recibirán áreas de mayor oportunidad que se irán ampliando más y más, el
que en lo poco ha sido fiel, también lo será en lo mucho.
Déjese de excusas, ponga al servicio de Dios
todos sus dones, habilidades y recursos, deje a un lado el temor, sea fiel y
Dios le irá abriendo nuevas oportunidades para ir creciendo.
buenisimo aprendi mucho con este tema es DIOS quien nos capacita y nos guia y nos ayuda a crecer
ResponderBorrarpresioso mensaje,nos ensena a como actuar con lo que Dios nos dio, grasias que Dios les continue bendiciendo
ResponderBorrarmuy buena explicacion de la parabola, la cual nos enseña que debemos hacer ya que aun estamos a tiempo!
ResponderBorrarVaya.!!! Por fin entiendo, muy buena enseñanza,gracias... y Gloria a Dios x el talento que le ha dado y que usa muy bien..!!
ResponderBorrarVaya...!!! Que enseñanza... muy buena... la Gloria sea a Dios...!! Bendiciones !!
ResponderBorrarCuriosamente faltó la parte más hermosa de ésta historia (como si, convenientemente, se la hubieran saltado) la cual dice «a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y DECAPITADLOS DELANTE DE MÍ»
ResponderBorrarQue bella enseñanza de amor y compasión, me conmueve.
Gracias!
ResponderBorrarLa Palabra de Dios es poderosa en todo!!!
Santo el Señor!