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Buscando protección en los lugares equivocados



Hace un par de semanas mientras leía los últimos capítulos del 1er Libro de Samuel me encontré con una historia en la vida de David con la cual pienso  que todos nosotros podemos sentirnos identificados; la historia tiene  lugar en el periodo en que David vivió huyendo y  ocultándose de del rey Saúl, quien lo perseguía de día y de noche no precisamente para darle un abrazo, sino para para matarlo y acabar con aquel que según él,  le había robado el corazón del pueblo y que amenazaba con  quitarle el trono.

En una de esas ocasiones, quizás cansado de tanto tener que  huir y ocultarse de Saúl, David toma la decisión de cambiarse de proveedor de seguridad, decide probar suerte con  la protección que podían ofrecerle los ejércitos de los  filisteos (antiguos enemigos de Israel) después de todo,  ellos eran guerreros, tenían armas,  caballos… Pero ¿dónde quedaría Dios?  Él simplemente prometía cuidarlo tal y como hasta ese momento lo había hecho.
Piense por un momento ¿Si usted hubiese sido David qué decisión hubiera tomado, seguir confiando en la protección de Dios  o cambiarse a la seguridad aparente de los filisteos? –Veamos la historia 

David Busca refugio entre los filisteos:
1 Samuel 27:1-3   1Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano. 2Se levantó, pues, David, y con los seiscientos hombres que tenía consigo se pasó a Aquis hijo de Maoc, rey de Gat. 3Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia; David con sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel.

David evalúa la situación de persecución que  él y sus hombres estaban viviendo por cusa de Saúl y llega a la conclusión que humanamente,  el lugar donde podría estar más seguro sería viviendo en tierra de  los filisteos, sólo así podría librarse de mano de Saúl. 

¿Qué nota usted de raro en la manera en que David toma esta decisión? – en que la  está basando en su propia astucia e inteligencia militar, en ninguna parte de los versículos leemos que se tome la molestia de consultar si Dios está o no de acuerdo con su decisión.   Si usted es cuidadoso en leer la historia narrada en  1 y 2 de Samuel observará que generalmente antes de tomar cualquier decisión importante, David la consultaba con Dios (tal y como debe hacerlo todo creyente que desea que le vaya bien en la vida ¿no es cierto?),  en el caso de David casi siempre era Dios quien tenía la última palabra, pero en ésta ocasión no fue así; él se va con los filisteos sin considerar si era o no la voluntad de Dios (¡y claro que no lo era!).

¿Se identifica usted con David? –creo que todos diremos que sí,  ¿Cuántas decisiones importantes ha tomado sin considerar la opinión de Dios? ¿Cuántas decisiones ha tomado a sabiendas de que no es la voluntad de Dios?   - Usted debe saber que cuando tomamos decisiones basándonos en nuestra propia “inteligencia” o en nuestros propios “cálculos humanos” sin consultar con Dios,  las cosas nunca nos saldrán como esperábamos y generalmente terminaremos sufriendo (algunos aquí presentes pudieran dar testimonio de esto)   –Eso es lo que le ocurrió a  David en esta  historia, pero lo veremos más adelante-

Quiero hacerle notar algo más, el hecho de que David buscara la  protección y seguridad entre los filisteos colocaba  a Dios en un segundo Plano, era como decirle “Dios, sé que hasta hoy has sido fiel en guardar mi vida, pero por si la dudas, mejor no me arriesgo y busco protección entre los filisteos”.  Si usted busca seguridad en cualquier cosa o persona que no sea Dios, sepa que Dios mismo se encargará tarde o temprano de quitar todo aquello que usted consideraba su protección y le hará entender que sólo en él puede estar seguro,  -para algunos su fuente de  seguridad es el  dinero, para otros es una persona en particular con nombre y apellidos,  para otros es el trabajo bien remunerado que tienen, su negocio, etc… ¡tenga cuidado, Dios no admite competencias! Y si algo está compitiendo con él, pronto será quitado de su camino.

En el verso 6 leemos que el rey Aquis le concede a David una ciudad para que habiten él y sus 600 hombres junto con sus  familias.
6Y Aquis le dio aquel día a Siclag, por lo cual Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy.

-La decisión estaba tomada, de aquí en adelante David y su familia  viviría  con los filisteos aproximadamente  un año y cuatro meses (1 Sam. 27:7).  

La estrategia de David entre los filisteos (1 Sam 27:8-12):
-David fingía ante el rey  Aquis que salía a robar y atacar en las tierras de Judá, pero  en realidad   lo hacía en las tierras de los gesuritas, gesritas y amalecitas, los atacaba  y no dejaba con vida a nadie para que no fueran a  contarle a  Aquis ni a ninguno de los otros reyes filisteos lo que verdaderamente pasaba.  Este engaño le funcionó tan bien a David que ahora Aquis lo consideraba como su  aliado de guerra, hasta lo quería hacer su guarda personal.   El problema surge cuando los filisteos se reúnen para pelear contra su gran  enemigo… Israel, entonces  Aquis le pide a David que salga a la guerra con ellos:

1 Sam. 28:1-2  1Aconteció en aquellos días, que los filisteos reunieron sus fuerzas para pelear contra Israel. Y dijo Aquis a David: Ten entendido que has de salir conmigo a campaña, tú y tus hombres. 2Y David respondió a Aquis: Muy bien, tú sabrás lo que hará tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, yo te constituiré guarda de mi persona durante toda mi vida.
Gran problema en el que David se había metido, ahora para mostrar lealtad a los filisteos tenía que luchar contra su propia nación, tenía que traicionar a su propia sangre… pero a pesar de que esto era consecuencia de su mala decisión, Dios en su inmensa misericordia interviene para evitar que esto ocurra:

La misericordia de Dios libra a David de pelear contra Israel.
1 Sam. 29:6-7   6Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy; mas a los ojos de los príncipes no agradas. 7Vuélvete, pues, y vete en paz, para no desagradar a los príncipes de los filisteos.

Los príncipes de los filisteos sintieron desconfianza de que David fuera con ellos a pelear contra Israel, porque era posible  que  en  medio de la batalla los traicionara y se volviera  del lado de sus hermanos Israelitas y ¿qué mejor manera de quedar bien con Saúl y con el pueblo que entregándoles a los filisteos?,  así que le piden a Aquis que despida a David y a su gente.

¿Qué le parece? ¡Son los mismos filisteos quienes se encargan de evitar que David  se enfrente contra sus hermanos Israelitas!, esto sólo es evidencia de la  Misericordia de Dios para con David de que a pesar que esta situación era producto de su desobediencia, Dios interviene y lo libra de traicionar a su propia nación.

Las consecuencias de una decisión no consultada

Ahora veamos que sucede cuando David y sus hombres regresan a Siclag:
1 Sam 29:11 11Y se levantó David de mañana, él y sus hombres, para irse y volver a la tierra de los filisteos; y los filisteos fueron a Jezreel.

1 Sam 30:1-3   1Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. 2Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. 3Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Hagamos memoria, ¿Qué había llegado a buscar David en tierra de los filisteos? ¿Para qué se mudó a vivir con ellos? –Para tener Seguridad y protección,  pero… ¿Es eso lo que encontró al regresar de su viaje?-¡No!,  David venia cansado de 3 días de camino, probablemente regresaba alegre pensando en la “suerte” que tuvo al ser librado de pelear contra Israel, quizás  (y esto es una suposición mía)  él pensó “bueno, al final de todo no fue tan mala idea haberme venido a vivir aquí, todo me está saliendo bien, quizás ésta era la voluntad de Dios…”  pensando eso venia cuando llega a la ciudad y se da cuenta de la realidad y de las consecuencias de no consultar con Dios:    1-Le habían prendido fuego al campamento, 2-todas sus pertenecías habían sido robadas, 3- sus mujeres e hijos no estaban.
¿Dónde quedó la seguridad y protección de David? –Desapareció, Dios mismo se encargó de demostrarle que su única fuente de seguridad y protección debería ser él y no el ejército de los filisteos. Ahora aquí hay una advertencia para nosotros: Si usted en este día está confiando más  en cualquier otra cosa que no sea Dios ¡tenga cuidado!, porque su dinero no será eterno, su negocio puede ir a quiebra, lo pueden despedir de su trabajo, esa persona que le hace sentir seguro/a un día ya no estará…  ¿y entonces qué? –Nos daremos que cometimos un grave error en confiar en cualquiera de esas cosas más que en Dios.  Sólo Dios puede darnos verdadera seguridad, nadie más ¡Amén!

Vemos la reacción de  David: 1 Sam. 30:4-5   4Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 5Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas

¿Tenían motivos David y sus hombres para llorar de esa manera? –por supuesto que sí, cualquiera de nosotros en su lugar hubiera hecho lo mismo, ellos verdaderamente estaban sufriendo, el verso 4 dice que lloraron hasta que le faltaron las fuerzas (hasta que ya no les salieron lágrimas) ¿ha llorado usted alguna vez así?

¿Es Dios responsable de este sufrimiento? –No, es la consecuencia de no consultar a Dios antes de tomar una decisión  y de confiar más en los medios humanos que en los divinos. Esto es lo mismo que muchas veces sucede con nosotros, en ocasiones nuestro sufrimiento es la consecuencia natural de haber decidido algo basándonos en nuestra propia prudencia y no en la de Dios. –David decidió buscar seguridad en los filisteos, este es el resultado de su decisión.

A esta situación de dolor, súmele el problema que se le viene encima a David:

1 Sam. 30:6 6Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.

 ¿Qué quería hacer el pueblo con David? –apedrearlo (matarlo).  Una  reacción muy común en todos los seres humanos es buscar siempre un culpable ante una situación difícil (esto sucede en el gobierno de los países, en las familias y hasta en la iglesias),  y en este caso David como líder de ese grupo fue señalado como responsable.

Pongámonos por un momento en las sandalias de David: su casa está destruida, sus posesiones fueron robadas, su familia ha desaparecido y no se sabe si están vivos o muertos, y  para colmo de males el pueblo quiere apedrearle ¿era una situación fácil la que David estaba viviendo? –Por supuesto que no, probablemente ninguno de nosotros hubiera podido lidiar con algo tan difícil… 

Pero  ¿qué hizo David para soportar  esta situación? ¿Cómo pudo hacerle frente?
 - La clave la encontramos al final del verso  6, “más David se fortaleció en Jehová su Dios”… Si bien es cierto que toda era consecuencia de haber confiado más en la protección de los filisteos que en la de Dios, David sabia por experiencia propia como enfrentar las situaciones difíciles, David había aprendido que cualquier situación por dolorosa o difícil que sea, es posible hacerle frente si se busca a la persona correcta, y ese no es otro que Jehová nuestro Dios.

-Yo no sé qué situación este pasando usted esta mañana, no sé si será a causa de su desobediencia o simplemente algo que Dios ha permitido que venga a su vida, pero la Biblia hoy nos recuerda una cosa: todo es posible de sobrellevar y de vencer si hacemos de Dios nuestra fortaleza,  si en medio de nuestro problema somos capaces de renunciar a cualquier otra fuente de seguridad y protección,  y ponemos toda nuestra confianza en Dios, él nos ayudará a hacerle frente a cualquiera que sea la situación que estemos experimentando. ¿Está usted dispuesto a dejar de confiar en otras cosas y a hacer del Señor su fortaleza? 

La historia no termina aquí, ahora David se ha dado cuenta de su error y hace partícipe a Dios de sus decisiones:

1 Sam. 30:8  8Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.
17Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes que montaron sobre los camellos y huyeron. 18Y libró David todo lo que los amalecitas habían tomado, y asimismo libertó David a sus dos mujeres. 19Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David.

¡Hága a Dios Partícipe de sus decisiones y se evitará mucho sufrimiento!

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